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¿Bailar en el centro de Málaga?

Si no te gusta el reguetón (o como se escriba si es que hay una forma establecida), la rumba o el pop de Shakira, entonces estás perdido en el centro de Málaga.

El centro de la ciudad está repleto de "pubs" orientados a diferentes edades y estilos. Pero todos tienen un denominador común: el estilo y repertorio musical. Hay locales que se limitan a un único estilo (rock español de los 80 y 90) y otros que combinan varios pero siempre con las mismas canciones (I will survive de Gloria Gaynor, la canción de Grease cuyo nombre nadie conoce, etc). A ello se le suman los experimentos de aficionados a disc jockey que te hacen tomar consciencia entre canción y canción de la calidad del sitio.

Lugares en los que acabas moviendo la cabeza de un lado a otro, dando palmas y cantando lo que suena para integrarte en el ambiente de forma inconsciente en lugar de bailar y divertirte de verdad (aunque habrá a quien lo primero le baste). A la mayoría de la gente que entra en un pub le gusta bailar. Entonces, ¿por qué no ponen música que te haga moverte sin necesidad de mostrarte lascivo como en el caso del reguetón o palmear como en el caso de las canciones "inbailables" de Rosario Flores?.

En el centro de Málaga no conocen la música hecha para discotecas. Que es a lo que intentan parecerse estos pubs. En los años 80 se definió la "música disco" como un conjunto de estilos musicales que llenaban las pistas de baile. Hoy, las pistas de baile se llenan para beber y fumar "tonteando" con alguien mientras te mueves siempre de la misma forma al ritmo de lo que suena. Generalmente no apetece disfrutar bailando.

Evidentemente, hay muchísima gente a la que le gusta éste tipo de sitios para pasar la noche. Sin embargo, ¿no es sorprendente ver cómo se exagera la forma de bailar cuando suena Michael Jackson o Earth, wind and fire?. Se aprecian las ganas de saltar, moverse y disfrutar bailando de la gente. Y hacerlo con música con ritmo y calidad. Entonces... ¿por qué no suena esta música más a menudo?, ¿por qué no suena más funky o soul?, ¿el estilo está determinado por el gusto de la gente o por el aficionado a disc jockey?.

Estas son preguntas que lanzo para que alguien me ayude a entender la situación. Todo ello, por supuesto, sin entrar en la crítica del acondicionamiento y trato de los empleados. Asunto para el que habría que dedicar algunas entradas más en el blog.

Semana santa de Málaga y Ronda 2010

Semana santa. Santa feria...

Este año he vivido la semana santa de Ronda y Málaga capital. Y, al margen de la rascada de bartola que me he dado que es lo único que me interesa de esta semana, he visto bastantes tronos (no recuerdo tantos en el mismo año). Una cantidad que me ha servido para llegar a apreciar algo bonito en las procesiones (cosa que nunca antes había hecho). Pasando minutos delante de los tronos y callejeando por ambas ciudades, me he sensibilizado (solo un poco) y he llegado a sacar conclusiones comparando el estilo de varales y costaleros y el respeto de la gente en las calles ante el ritual.

Prefiero el estilo de costalero al de varales. La sencillez, limpieza y elegancia de una escultura paseada por una plataforma adornada con figuras de madera y rodeada por un manto colgante aterciopelado me parece una imagen mas bella que la de otra paseada por 100 hombres que, aunque den una mayor sensación de caminar a la escultura, me dan una mayor sensación de desorden y se pierde majestuosidad.

Por otra parte, la banda de música, como siempre, es la parte que más (la única en la mayoría de los casos) me ha emocionado. Las procesiones sin banda quedan, de nuevo a mi parecer, incompletas.

En cuanto al respeto de la gente también opino. Esta apreciación es mucho más inteligible puesto que no requiere de sentimentalismos ni devoción. Me refiero al respeto de la procesión en si. A su espacio necesario en la calle o el silencio necesario en muchos casos para dotar de un poco de magia al espectáculo. En Ronda el respeto está asumido. No hay gente que se siente (con la familia como un domingo de playa) invadiendo la calle por la que pasa ni abraza a nazarenos para hacerse fotos como si de carnavales o un circo se tratase. Habrá gente que lo vea así y eso denota una falta de respeto hacia quienes consideran a este espectáculo como un ritual anual e incomodan el propio proceso de la procesión. Haciendo que la calle quede como la entrada de una feria (sin tener en cuenta que en la entrada de una feria  no suele haber charcos de orina como sí me he encontrado y pisado en algunas calles de Málaga).

En resumen, este año he valorado un poco más el espectáculo procesional y optado por la semana santa rondeña a la de málaga. Por supuesto, con todo el respeto a las hermandades y gente de ambas ciudades.